¿Recuerdas que cuando nació tu empresa hace unos años, el gran problema era darte a conocer y conseguir clientes? Poco a poco, como autónomo o junto a algún socio, comenzasteis a trabajar más horas que un reloj, para poder cumplir las expectativas de tus primeros clientes y hacer que la empresa aguantase en los años duros de la crisis.

Ahora y después de mucho esfuerzo habéis conseguido hacer grandes obras e ir creciendo, pero ese crecimiento ha implicado más operarios y recursos (furgonetas, almacenes, herramientas etc.), y la gestión de esos recursos de manera eficiente cada vez se hace más costosa. No sabes cómo, pero ahora cuanto más trabajas menos beneficios tienes, te cuesta controlar el flujo de caja y empiezas a darte cuenta de que:

  • Los operarios son poco productivos.

  • Cada uno aplica distintas formas de trabajar.

  • La planificación brilla por su ausencia.

  • Los clientes cada vez son más estrictos con las exigencias documentales.

  • La gestión administrativa se te está yendo de las manos.

  • La gestión de compras es ineficiente.

  • Tienes que lidiar con impagos y saldos de clientes elevados.

En resumen: trabajas más y tienes un mayor volumen de producción, lo que se traduce en un mayor riesgo de impagos y accidentes laborales. A cambio, obtienes el mismo beneficio si no menos que cuando trabajabas solo, y piensas: “¡Quién me mandaría a mí meterme en este berenjenal con lo tranquilo que estaba yo de autónomo!”

Si la parte de la gestión interna, cada vez más complicada e inmanejable, te desborda y no te deja ocuparte de la relación con tus clientes, lo que necesitas es un Gerente Interino. Un experto en la gestión de PYMES, que:

  • Estudie tu negocio.

  • Te dé claves personalizadas.

  • Te ayude a retomar el camino de la rentabilidad de manera sencilla.

  • Te muestre herramientas para digitalizar procesos (simplificando la forma de trabajar y fomentando la eficiencia).

  • Te lo deje todo encauzado con el fin de que tú continúes con la gestión (de manera segura y controlada).

Porque no nos engañemos, en la era de la transformación digital, trabajar como se ha hecho siempre sólo tiene un destino:

En definitiva, un Gerente Interino es a la empresa lo que el personal trainer a la salud física, o Chicote a una cocina sin timón: su función es ayudarte a poner tu empresa en forma y cumplir tus objetivos (sin lesionarte).

Así que si te sientes identificado y quieres cambiar el rumbo de tu empresa, estamos esperando noticias tuyas y nos encantará reunirnos contigo.

Porque estamos seguros de que tenemos al Chicote que necesitas…